A veces la realidad supera a la ficción.
El caso es que me enredaron para ir a un cursillo de meditación, algo a lo que no le daba demasiada importancia, total ... cuantas veces ha meditado uno en el baño ? O no ?
Pues mire usted por donde, llego el primer día al curso, y tras una breve introducción, los monitores proponen a los integrantes del grupo conocerse de una manera un tanto ... especial.
Ahí es cuando empieza el miedo escénico, y la gota de sudor rueda por la frente lentamente, como si el tiempo se detuviera, y todo se viera en blanco y negro.
Un momento después, vienen las instrucciones "Nos vamos a dirigir cada uno al resto diciendo nuestro nombre y, a continuación, te pertenezco".
En ese instante aflora la pregunta "en qué secta de mala muerte me han metido? pero si no tengo un duro!!!"
Pasado el trance, y habiendo reído un rato (aparte de aprovechar para "saludar" al personal femenino, faltaría más, no iba a dejar uno de ser cortés y caballeroso), vuelta a la normalidad y comienzo del curso en sí.
Sinceramente, ahora me alegro de haberme visto enrededado en este cursito, que va por el ecuador ahora mismo.
Permítame un pequeño ejercicio de instropección... es curioso cómo los prejuicios pueden privarte de una experiencia, sea buena o mala, pero experiencia, al fin y al cabo.
Dicen que el camino se hace andando, y no se imaginan cuanta razón tienen...
Ya iré contando más cosas ... por ahora sólo tengo claro que no es tan dificil cambiar la visión del entorno y el mundo, sólo hace falta la pregunta adecuada.
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